¿Qué es la hiperplasia benigna de próstata HBP?
La hiperplasia prostática benigna (HPB) es un agrandamiento no canceroso de la glándula prostática en hombres mayores. A medida que la próstata crece, puede comprimir la uretra, causando síntomas urinarios. Esto incluye dificultad para iniciar o detener el flujo de orina, frecuencia aumentada y sensación de no vaciar completamente la vejiga.
Aunque la HPB es común con la edad, no está vinculada al cáncer de próstata. Los tratamientos pueden incluir medicamentos para aliviar los síntomas o, en casos más graves, procedimientos quirúrgicos. Es crucial consultar a un médico para evaluar los síntomas y determinar el mejor enfoque de tratamiento.
¿Qué opciones de tratamiento láser ofrece el Dr Puche?
Vaporización. Láser verde.
La vaporización de la próstata con láser verde utiliza el láser para vaporizar y eliminar el exceso de tejido prostático que causa la obstrucción en la uretra. Con esta técnica el tejido se vaporiza, “desaparece”. El láser verde emite luz que es absorbida por el tejido prostático, generando calor y vaporizando la zona afectada. Este método es menos invasivo que las técnicas quirúrgicas tradicionales y generalmente se realiza de manera ambulatoria. La vaporización con láser verde puede proporcionar alivio de los síntomas urinarios asociados con la HPB leve-moderada, mejorando la calidad de vida del paciente.
Enucleación. Láser Tulio o láser Holmium (HoLEP)
La enucleación es distinta a la vaporización. Por ello se emplean otros tipos de láser como el tulio o el holmium (HOLEP). En este caso, el láser se utiliza para cortar y extraer el exceso de tejido prostático que obstruye la uretra. En esta técnica, el tejido no “desaparece” de modo que luego hay que extraerlo con un dispositivo endoscópico especial llamado “morcelador”, que corta el tejido prostático en pequeños trozos que se extraen fácilmente. La enucleación de la próstata con láser de holmio o tulio puede ser una opción para los hombres que tienen HPB moderada-grave mejorando la calidad de vida del paciente.
¿Qué ventajas ofrece el tratamiento láser?
El láser presenta claras ventajas respecto a la cirugía convencional.
Se pueden enumerar las siguientes:
- Mayor cantidad de tejido prostático extirpado en menos tiempo.
- Menor riesgo de sangrado.
- Menor estancia hospitalaria y disminución de los riesgos que supone el hospital (infecciones, dolor, pérdida de masa muscular, etc.)
- Es la mejor opción para pacientes anticoagulados .
- Mayor duración del efecto en términos de calidad miccional a largo plazo y, por tanto, mayor calidad de vida.
¿Cómo sé si debo operarme de la próstata con láser? ¿Qué puedo esperar de la cirugía?
Los síntomas urinarios derivados de la HBP son subjetivos. Cada paciente los percibe y los vive de una manera concreta. La decisión última de operarse la próstata reside el propio paciente. El deber del urólogo es facilitar la información suficiente para que el paciente entienda y acepte los riesgos y beneficios que pueden derivarse de esta intervención, qué puede esperar de la cirugía y que posibles complicaciones existen.
En términos generales, la cirugía de la próstata con láser va ayudar a reducir los síntomas urinarios que provoca la HBP, entre los que se incluyen:
- Necesidad frecuente y urgente de orinar
- Dificultad para comenzar la micción
- Chorro miccional lento y prolongado
- Frecuencia miccional durante la noche (nicturia)
- Detenerse y comenzar a orinar nuevamente
- Sensación de no poder vaciar la vejiga por completo
- Infecciones de las vías urinarias
En otras ocasiones la cirugía se indica para solucionar o disminuir las complicaciones secundarias a la obstrucción urinaria crónica como son:
- Infecciones recurrentes de las vías urinarias
- Lesión en los riñones o en la vejiga
- Incapacidad para controlar la orina o incapacidad total para orinar
- Cálculos en la vejiga
- Sangre en la orina
La cirugía láser de la próstata puede dar solución o disminuir la intensidad de estos síntomas y complicaciones. Sabiendo esto, el paciente y su urólogo, deben decidir conjuntamente y de forma individualizada, si las potenciales complicaciones son asumibles en cada caso concreto.
¿Qué complicaciones o riesgos puede tener la cirugía láser de la próstata?
Aunque los riesgos y complicaciones son menos probables con la cirugía láser que con la cirugía tradicional, es necesario saber que existen. Se pueden enumerar los siguientes:
- Dificultad temporal para orinar. Podrías tener problemas para orinar durante algunos días después del procedimiento. Hasta que puedas orinar por tu cuenta, necesitarás tener una sonda (catéter). Generalmente durante unos días.
- Infección de las vías urinarias. Este tipo de infección es una complicación posible después de cualquier procedimiento en la próstata. Cuanto más tiempo tengas colocado el catéter, mayores serán las probabilidades de que se produzca una infección. Es posible que necesites antibióticos para tratar la infección.
- Estenosis de la uretra. Las cicatrices que quedan después de la cirugía de próstata pueden obstruir el flujo de orina y tal vez sea necesario hacer otro tratamiento.
- Ausencia de eyaculación por el pene. Un efecto común y a largo plazo de cualquier tipo de cirugía de próstata es la eyaculación retrógrada (el semen va a la vejiga y no sale por el pene). No es doloroso y, por lo general, no afecta el placer sexual. Sin embargo, puede interferir en la capacidad para engendrar un hijo.
- Disfunción eréctil. El riesgo de sufrir una disfunción eréctil después de los tratamientos de la próstata es pequeño y generalmente es menor con la cirugía láser que con la cirugía tradicional.
- Necesidad de volver a realizar el tratamiento. Algunos hombres necesitan tratamiento de seguimiento después de una cirugía de vaporización con láser, debido a que no se extirpa todo el tejido o a que podría volver a crecer con el tiempo.
¿Cómo elijo la mejor técnica y el mejor láser?
Aunque parece fácil, esta pregunta es tremendamente compleja. Como muchas cosas en medicina, se elije una técnica u otra y un láser u otro en función de muchos factores. El tipo de próstata, su forma, su tamaño, los antecedentes personales y otras patologías del paciente, el riesgo anestésico, la existencia de cirugías previas, las preferencias del cirujano y del paciente. Todos estos factores tienen distinto peso y deben valorarse en cada paciente en concreto.
A día de hoy, no existe un láser mejor que otro ni se ha conseguido demostrar fehacientemente que una técnica sea mejora que otra. Por ello, la posibilidad de elegir entre los distintos tratamientos disponibles es una garantía para optimizar los resultados de la cirugía en cada perfil de paciente.
